El problema del desempleo en nuestra localidad

IÑAKI IBARROLA | El paro se mantiene desde hace más de una década como el principal problema del Estado Español en los barómetros mensuales del CIS. Aunque con algunas oscilaciones, siempre ha ocupado los primeros puestos de las principales problemáticas sociales percibidas por la ciudadanía (lleva al menos desde los años ochenta haciéndolo). Las personas que viven y/o trabajan en Barañáin no son una excepción, y también se ven afectadas por este fenómeno.

Un problema estructural

El trabajo ha sido considerado históricamente más como un castigo o una obligación que como algo positivo. Desde la cultura judeocristiana -ganarás el pan con el sudor de tu frente-, pasando por la Grecia clásica y hasta el final de la Edad Media el trabajo ha sido algo sucio y a evitar, una señal de pobreza más que un símbolo de nobleza y esfuerzo. Sin embargo, gracias a las luchas obreras de finales del siglo XIX y comienzos del XX contra las duras condiciones de las fábricas, el trabajo comenzaría a ser regulado por el Estado y empezaría a ser contemplado como un derecho.

Fortalecidos por la crisis del petróleo de los años 70, los ideales neoliberales coinciden en el Estado Español con la muerte del dictador Franco y el boom desarrollista del sector de servicios. Bajo este contexto de cambio de modelo productivo y de gran efervescencia social se firman los “Pactos de la Moncloa” con los que se pretende dar inicio a la Transición. En ellos, al tiempo que se asientan las bases de los derechos políticos (se aprueba la legalización de los partidos y sindicatos), se dejan de lado muchas de las aspiraciones de mejoras laborales al renunciar el Estado a regular de una manera firme y eficaz la normativa laboral, cediendo gran parte del poder de presión e iniciativa a los grandes empresarios.

Este es el modelo desregulado y flexibilizado en el que se enmarca la problemática del paro actual. En las siguientes décadas se irán creando puestos de trabajo de forma creciente, pero bajo la protección de una normativa estatal muy débil. De esta manera se puede observar que el desempleo es en realidad un problema estructural (nunca ha bajado del 8% en democracia) que se prolonga sobre el tiempo con mayor o menor intensidad, pero manteniendo una presencia permanente.

Datos estadísticos sobre el paro

Los datos del paro deben leerse con precaución, ya que pueden resultar confusos al extraerse utilizando diferentes metodologías. Principalmente se usan dos: los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) son de carácter trimestral y los elabora el Ministerio de trabajo con datos de afiliación laboral; y el paro registrado, que son las personas activas laboralmente que se apuntan como demandantes de empleo en el SEPE. Estas dos metodologías suelen arrojar diferentes cifras y normalmente se suele dar más importancia a los resultados obtenidos por encuesta de la EPA.

Otro de los problemas estriba en que para realizar el cálculo se diferencia entre población activa (la suma de las personas ocupadas y las desocupadas) y aquellas que no buscan activamente un empleo (estudiantes, personas con otras obligaciones, etc). Además, tampoco se contempla el trabajo que se desarrolla fuera de esos parámetros como es, por ejemplo, la economía sumergida o no declarada.

Las cifras de Barañáin

En Navarra, las tasas de desempleo más bajas de las últimas décadas se registraron en 2007, estando desempleada el 4,76% de la población activa. Los datos seguían una curva descendente desde mediados de los años 80, y partían de unas cifras similares a las de 2013, con un 19,02% de paro. Varios expertos han afirmado que en Navarra los efectos de la crisis en las tasas de desempleo se han notado más tarde y en menor medida que en otras comunidades debido principalmente a un mayor peso de la industria en la economía.

Para analizar el problema del desempleo en Barañáin, hemos tomado los datos anuales de personas demandantes de empleo que publica trimestralmente el Servicio de Empleo para cada municipio. Observamos que en términos globales los efectos de la crisis empezaron a notarse con especial intensidad a finales del año 2008, y fueron empeorando progresivamente hasta llegar al punto máximo de personas desempleadas en febrero de 2013. Asimismo los datos de parados y paradas actuales todavía se sitúan por encima de los datos de 2011, en lo que parece una lenta dinámica de mejora.

Los datos de enero de 2015, recogen que 1.696 personas están desempleadas en nuestro municipio. De ellas, el 52,94% son mujeres. Para ambos sexos, el mayor porcentaje de personas desempleadas se concentra en el tramo de entre 25-45 años, seguido del tramo de más de 45 años. En último lugar se sitúa el tramo de personas jóvenes, de menos de 25 años. En cuanto a los sectores productivos, se observa que la mayoría de las personas desempleadas actualmente vienen del sector servicios y en menor medida, de la industria y la construcción.

La complejidad de la problemática del desempleo hace difícil cualquier valoración, ya que además confluyen en ella otros factores que la agravan (paro de larga duración, desregulación normativa, incapacidad de las Administraciones Públicas, debilidad de los sindicatos…). Aun así, en diferentes estudios se observa que las mujeres y las personas emigrantes son los colectivos más perjudicados así como aquellas personas que están al inicio o al final de su vida laboral pero no pueden acceder al mercado de trabajo. Todo ello hace que el desempleo sea el principal problema social al que nos enfrentamos, aunque por ahora no consigamos darle una respuesta eficaz. Además, los datos corroboran que la leve mejoría está siendo sustentada en un empleo débil y precario.