Nuevo número de El Mirador, la revista del instituto Barañain

Ya son 27 números editados desde que en 1998 el profesor, ya jubilado, Luis Azcárate, planteara publicar una revista hecha por el alumnado del IES Barañain. Un mirador al centro y desde el centro. «Todavía sigue, con la misma ilusión, o más, los avances de El Mirador, y espera impaciente el nacimiento de cada número. Se llamaba, en aquellos comienzos, “El mirador de los vientos”. A partir del número 5 fue ya El Mirador», cuenta el actual coordinador del proyecto, el profesor Raúl Abadías.

Se publican dos números por cada curso académico, que suelen editarse en febrero y junio. «La aparición de cada número supone una gran alegría para los alumnos, ya que ven su trabajo a los ojos de todos. Se sienten importantes», recoge Abadías. Y es que la revista resulta, para muchos, «un estímulo que les lleva a plasmar por escrito aquello que les gusta».

Los temas que aparecen en cada número los plantea el alumnado libremente. «Nadie interfiere en su elección. Según sus gustos, aficiones o inquietudes, deciden escribir con el tipo de texto más adecuado (exposición, noticia, reportaje, artículo, poesía, relato breve,...)», señala el coordinador. El proceso es sencillo pero también requiere de un trabajo extra que se realiza gustosamente. «Al comenzar el curso y por estas fechas de marzo, coloco carteles anunciadores por clases y pasillos para enviar las colaboraciones, envío correos electrónicos a los que han colaborado alguna vez y, en las clases, intentamos animar para que escriban (los profesores del departamento de Lengua castellana y Literatura, del que soy miembro)», indica. La revista forma parte del centro, pero no de un departamento concreto, así que no está incluida en la programación de ningún área.

Corresponsales en las aulas

«Intenta ser un medio de comunicación general, una herramienta de expresión libre; cariñosamente, hace muchos años se acuñó la expresión de "corresponsal en las aulas" para El Mirador. Así lo sienten los alumnos», añade el coordinador. La implicación del alumnado en el proyecto también supone «una actitud de esfuerzo y superación que les permite mejorar su estilo». Cualquier estilo y expresión está permitida en la revista «si está expresado correctamente, sin descalificaciones ni expresiones vulgares», aunque todas las redacciones se corrigen para evitar faltas de ortografía o alguna discordancia gramatical, señala Abadías.

A pesar del tiempo transcurrido y de los cambios de diseño, «inevitables en el devenir de los años», la revista trata de  mantener «la idiosincrasia que la hace diferente: libertad de escribir con corrección y estilo propios, prohibición de escribir los adultos y tratamiento de la ironía y el buen humor como rasgos esenciales del trabajo serio», indica el coordinador de la revista.

Según informa Abadías, en las secciones siempre se encontrará lo siguiente: las páginas centrales ocupan un amplio reportaje de gran interés; la página dos muestra la mancheta con la nómina de todos los colaboradores y colaboradoras; hay páginas en inglés, francés y euskera (lenguas estudiadas en el Instituto); una entrevista jocosa y seria a un personaje de la Historia; y «la querida sección de entretenimiento "Furgón de cola", con chistes, curiosidades y las célebres frases de profesores cogidas al vuelo por los alumnos más sagaces, frases que resultan ser perlas de pedagogía en su contexto».

«Con todo esto y mucha, mucha ilusión, empujamos para que El Mirador siga siendo un vehículo de relación, un verdadero "Corresponsal en las aulas"», concluye Abadías.