Eduardo Arocena

Estudiante y trabajador precarios. Indignado de sofá que decidió comprometerse y aportar su grano de arena. Espectador cada vez menos impasible de la vida.

2022-05-19

La derecha Española

Conviene empezar recordando que la derecha política española es descendiente directa del franquismo, del que no reniega; nada más lejos de la realidad. Alianza Popular, posteriormente renombrado Partido Popular, fue creada por 7 ministros de la dictadura, con Manuel Fraga Iribarne -quien firmó sentencias de muerte- a la cabeza. Lograron aglutinar bajo su paraguas a las distintas familias de la derecha, que de un día para otro se hicieron demócratas. Y desde entonces no han tenido reparo en mostrar orgullo de sus orígenes. No hubo ningún tipo de depuración en las fuerzas armadas ni la judicatura. 

Con esos antecedentes presentes, no debería sorprender a nadie los aires autoritarios que sacan a relucir cada vez que tienen ocasión, como por ejemplo la ley mordaza que el PSOE se resiste a derogar. Sus formas chulescas y matoniles en las cámaras de representación les delatan. La democracia les sirve cuando ganan y es útil para sus intereses. Si pierden, los ganadores son ilegítimos, golpistas o traidores a la patria.

Una vez que acceden a puestos de responsabilidad política gobiernan para una minoría de privilegiados, no sin antes haber convencido a la mayoría de que sus propuestas mejorarían su vida, echando mano de todos los medios de comunicación posibles que les bailan el agua. Es mentira, por supuesto. Las medidas neoliberales sólo sirven para enriquecer a los ricos y a sus vasallos. ¿Cuánto ha subido el nivel de vida y cuánto han subido los salarios estos últimos 30 años de neoliberalismo? Para lograr esto necesitan además de recortes en derechos y libertades civiles y endurecimiento del código penal, no vaya a ser que se te ocurra protestar. Les es imprescindible universalizar el miedo. Su tan idealizada bajada de impuestos que les sirve como solución para todo, lo único que garantiza es una peor sanidad pública, una peor educación, peores pensiones, unos peores servicios sociales y en definitiva un peor estado del bienestar. Y si luego necesitas que te atienda un médico, búscate uno privado que te cobre un ojo de la cara. Y si en la clase de tu hijo hay 40 alumnos, no esperes una atención pormenorizada e individualizada. Con sus políticas, los ricos son más ricos y los pobres más pobres.

Los que sí se forran más todavía son sus mecenas y amiguetes. Es tradición en la derecha emplear las instituciones del Estado para perpetuar su status, fruto de la corrupción que hermana cargos políticos con altos empresarios que se benefician de adjudicaciones o licitaciones públicas. Así es como funcionan los negocios en España. Y si no, ya están los lobbies para presionar cuando les hace falta para conseguir leyes o decretos que les favorezcan, con su “merecida” recompensa en algún consejo de dirección al dejar la política. Cuando su imagen se vio afectada por sus innumerables casos de corrupción, se inventaron Ciudadanos y posteriormente Vox para dar cierta imagen de pulcritud. Ciudadanos, la marca blanca del PP y Vox, la marca aria del PP. Es decir, son PP.

Y si todo esto falla, ya están las cloacas del Estado para hacer el trabajo sucio. Si es necesario inventar informes falsos y publicarlos en la prensa propiedad de tus secuaces, se hace. Si hay que espiar a adversarios políticos se hace. Si hay que chantajear se hace. Y si todo esto se denuncia en un juzgado, ya se ocuparán tus jueces y fiscales afines de que se quede en agua de borrajas. Porque la derecha política tiene 4 tentáculos, todos ellos necesarios: el judicial, el policial, el económico y el mediático. Todos cumplen su función en esa maquinaria engrasada para que los ricos conserven sus privilegios a costa del resto de la población.

 

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