2021-03-05
Sociedad - Gizartea

Tras la pancarta, mujeres mayores

Iñaki Martinez Azpiroz | La sociedad Larrain es un grupo de Barañain formado por personas mayores que participa del movimiento asociativo del pueblo. Surgido en 2018, desde sus inicios, estuvo promovido por mujeres. A las puertas del 8 de marzo, Mila Azcona, Kalen Astiz y Angelita Otsoa, socias de Larrain, hablan de trabajos de cuidados y militancia. Llevan décadas participando en diferentes movimientos vecinales, y en su jubilación también siguen activas.

Kalen Astiz, Angelita Otsoa y Mila Azcona, en la plaza del Ayuntamiento | Plazaberri

“Siempre hemos pensado que por hacer cosas fuera de casa estábamos rompiendo los estereotipos, y creo que era así. Pero contínuamente se nos ha impuesto una carga añadida a las mujeres, la carga de trabajar fuera de casa y seguir con los cuidados cuando volvíamos con la familia”. Son palabras de Kalen Astiz, miembro de Larrain, el grupo de personas jubiladas de Barañain. Sentada en la terraza de un bar, Mila Azcona y Angelita Otsoa están a su lado, hablando sobre lo vivido como mujeres. “En casa no tengo los trabajos repartidos de manera equilibrada... el hombre es una ayuda,
solo una ayuda”, se queja Otsoa. “¡Una ayuda, siempre! Nosotras somos el motor, las mujeres; somos las que llevamos la logística de casa”, dice Azcona.

Kalen, Mila y Angelita. Las tres están activas en Larrain. Son jubiladas, pero participan en diferentes movimientos y actividades de Barañain. ¿Pero cómo participar en organizaciones sin tener el tiempo necesario para ello? Los trabajos de cuidados están presentes en sus palabras. “Mi hermana y yo tuvimos que pelear el cuidado de mi ama con la familia”, dice Astiz: “Empezamos a visitarla inconscientemente más a menudo de lo que hacían mis hermanos, y vimos que poco a poco se iba reduciendo nuestra vida personal; tuvimos que reaccionar”. Astiz sentencia que, aunque se han dado pasos importantes dentro de muchas familias, se tiende a acudir primero a las mujeres cuando hay alguna tarea por hacer.

En Barañain las mujeres también han estado directamente relacionadas con la lucha por los derechos sociales. Las mujeres han liderado, por ejemplo, la exigencia de una escuela pública de calidad. Dice Mila Azcona: “Tradicionalmente, la sociedad nos ha impuesto a las mujeres la carga de cuidar a los hijos e hijas, pero eso lo hemos llevado a todos los ámbitos; hasta que los hijos e hijas eran independientes, las madres siempre estábamos detrás”. Azcona estuvo años defendiendo la escuela pública en su conjunto, y después en las exigencias de una línea diferenciada en euskera. También estuvieron Otsoa y Astiz. En esos años eran exigencias por los derechos de sus hijos e hijas, pero fueron mejoras para toda la sociedad. De lo privado a lo público, en simbiosis.

Desde entonces, las personas que han disfrutado del modelo D lo han hecho con el fruto del trabajo de esas madres. “Vivimos momentos duros con algunos profesores, también con algunos padres y madres, pero no hay duda que las mujeres siempre estábamos en primera línea”, explica Acona. Hoy, en Larrain, las mujeres acaparan las caras visibles. Según dice Kalen Astiz, muchas personas mayores que querían seguir moviéndose políticamente no habían encontrado un lugar adecuado en Barañain: “Hemos luchado toda la vida, y en esta etapa de la vida queríamos seguir poniendo nuestras inquietudes en común y aportado a Barañain”. Por eso surgió Larrain. El liderazgo, sin embargo, fue femenino. Solo hay un hombre en el grupo motor, y dos tercios de los socios totales son mujeres. Dice Astiz: “Las mujeres pusimos en marcha Larrain”.

 

Los derechos, obra de mujeres
De las vías de trabajo que lleva Larrain, la mirada de las mujeres se incrementa. El movimiento de pensionistas, en su globalidad, pide unas pensiones mínimas de 1080 euros. En Nafarroa la media de las pensiones de retiro laboral ascienden de los 1320 euros, pero la diferencia de género es de las más amplias del Estado. Los hombres cobran casi 1530 euros de media al mes, mientras que la pensión de las mujeres es de 968. La demanda de la pensión mínima tiene rostro de mujer.

En opinión de Kalen Astiz, las mujeres siempre han tendido a cobrar una pensión menor: “Muchas mujeres empiezan a trabajar fuera de casa, pero, cuando tienen hijos e hijas, algunas se ven obligadas a dejar el trabajo; no cotizan y, aunque trabajen dentro de sus casas, eso se traslada a su jubilación”. “Siempre ha sido peor la situación de la mujer, también hoy en día”, afirma Azcona. Aparte de las pensiones, Larrain también está trabajando en una campaña a favor de un centro de día para personas mayores en Barañain. Otra vez, ahora en torno a derechos, salen las curas. Entre las necesidades de las últimas décadas de la vida, los cuidados se incrementan. Kalen remarca que es una cuestión de dignidad vital: “Barañain tiene muchas carencias en los servicios de atención a personas mayores; no hay ni un centro de día ni una residencia”. Sin embargo, el debate no reside en la simple existencia de servicios, sino en cómo serán: ¿qué modelo es el mejor para el cuidado de los y las mayores?

“En Larrain tenemos el objetivo de abrir algunos debates. Estamos viendo que las grandes residencias están teniendo problemas; aunque estén bien diseñadas, sufren la masificación”, dice Astiz. En Larrain han debatido sobre servicios públicos descentralizados. “Todos queremos vivir el máximo de tiempo en nuestras casas, y mientras tanto puede haber otros servicios: pisos tutorizados, cuidados puntuales de casa en casa... Son sistemas que ya se están probando en otros países europeos”.

En Larrain ahora quieren establecer diálogo con el ayuntamiento. Precisamente, en la anterior legislatura se puso en marcha el Consejo de las Personas Mayores con el objetivo de fomentar la participación de los y las mayores, pero en los últimos dos años no se ha reunido. Larrain quiere activar el consejo otra vez. El Defensor del Pueblo de Navarra ya ha dictaminado que el ayuntamiento tiene la obligación de atender ese consejo. “Queremos que se nos tenga en cuenta”, reclama Otsoa. Kalen también lo pide: “No pararemos, porque el ayuntamiento está tomando decisiones que nos repercuten directamente”.

El pasado 25 de febrero, Larrain organizó una concentración en la plaza del Ayuntamiento para pedir la activación del Consejo de las Personas Mayores, mientras que el pleno estaba reunido. Sacaron una pancarta. Cuatro personas la sujetaban. Todas eran mujeres.

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Pankarta atzean, adineko emakumeak 

Larrain elkartea Barañaingo adineko pertsonez osatutako taldea da, herriko afera ezberdinetan buru-belarri sartua dagoena. 2018an sortu zen taldea, eta hasieratik emakumeak izan ziren mugimendua sustatu zuten gehienak. Martxoaren 8ko dataren atarian, Mila Azcona, Kalen Astiz eta Angelita Otsoak zaintza lanez eta militantziaz mintzo dira. Urteak daramate herri mugimenduan, eta erretiroan ere aktibo dihardute. 

“Beti pentsatu izan dugu etxetik kanpo gauzak egiteagatik estereotipoak hausten ari ginela, eta hala izan dela uste dut. Baina beti ere erantsi izan digute emakumeoi gainkarga bat, etxetik kanpo lan egin eta etxera bueltatzean ere lanarekin jarraitzeagatik”. Hala dio Kalen Astizek, Barañaingo adineko pertsonen Larrain taldeko kideak. Taberna batean eserita, Mila Azcona eta Angelita Otsoa alboan ditu, emakume gisan bizitakoez hizketan. “Etxean lanak ez ditut oso orekatuak… gizona laguntza da, laguntza soilik”, kexu da Otsoa. “Beti laguntza! Gu gara motorrak, gu gara, emakumeak, etxeko logistika daramagunak”, Azconak. 

Kalen, Mila eta Angelita. Hirurak dabiltza Larraineko taldean aktibo. Hirurak daude lanetik erretiratuak, baina Barañaingo mugimendu eta ekintza ezberdinetan parte hartzen dute. Baina nola egon gizarteko kontutan sartuta denbora nahikorik gabe? Zaintza lanak erdi-erdian daude beraien hitzetan. “Nire amaren zaintzak familiarekin borrokatu behar izan genituen nire ahizpak eta biok”, dio Astizek: “Anaiak baina pixka bat gehiago joaten ginen bisitan, eta konturatu ginen berehala harrapatzen gintuela horrek, gure bion bizitza pertsonala murrizten ari zela. Orduan erreakzionatu behar izan genuen”. 

Otsoak ere izan ditu arazoak: “Unibertsitateak adineko pertsonentzat ateratzen dituen klaseetara apuntatu nintzen. Lau urte izan ziren, baina benetan uste dut ez nituela behar bezala disfrutatu”. Astez, hamarrak eta ordu biak bitarte, egunero ziren klaseak… etxeko zaintzen asimetriak presio gehigarria ezarri zion Otsoari urte haietan. “Etxeko lanek ez zidaten lasai gozatzen utzi”, dio. Kalen Astizen ustez, nahiz eta familia askoren barnean aurrerapen handiak egin, lehen lana oraindik emakumeei eskatzen zaie. 

Baina emakumeak eta eskubideen borrokak ere zuzen-zuzen harremanetan egon dira historikoki Barañainen. Emakumeak dira, adibidez, hezkuntza publikoaren defentsan gehien borrokatu izan dutenak. Mila Azconak: “Emakumeek hartu izan dugu seme-alaben zaintzen karga, eta hori arlo guztietara eraman genuen; umeak bere kaxa ibili arte, amak beti atzean”. Azcona hezkuntza publikoaren aldeko borrokan hasiera-hasieratik ibili zen ere, baita geroko D ereduaren aldeko aldarrikapenetan. Otsoa eta Astiz buru-belarri egon ziren ere. Garai hartan seme-alaben eskubideak eskuratzeko mugimendua zenak, gizarteari bere osotasunean egindako ekarpena izan zen. Pribatutik publikora, sinbiosian. 

Geroztik D ereduko berezko lerroa disfrutatu dutenek garaiko gurasoen lanaren iturriz izan dute aukera, batez ere emakumeengandik zetorren lanarengatik. “Momentu oso gogorrak izan genituen irakasle askorekin, baita guraso batzuekin ere, eta borroka horretan beti izan ginen gehienak emakumeak”, azaltzen du Azconak. 

Orain, Larrainen ere, aurpegi asko emakumeenak dira. Kalen Astizen esanetan, adineko pertsona askok aktibo jarraitu nahi zuten Barañainen, eta ez zuten topatu politikoki eragina izateko esparrurik Barañainen: “Bizitza osoan borrokatu dugu, eta adin etapa honetan ere hala jarraitu genuen, gure kezkak amankomunean jarri eta Barañaini zerbait eskainiz”. Horregatik sortu zen Larrain bera eta

2021-03-06 

honen barneko lantalde ezberdinak. Lidergoa, baina, emakumeena izan da. Gizon bakarra dago talde motorrean, eta Larraineko bazkideen bi heren ere emakumeak dira. Astizek: “Emakumeek jarri genuen abian Larrain”. 

Eskubideak, emakumeen itzal 

Larrainek berak daramatzan lanketetan emakumeen garrantzia handiagotu egiten da. Erretiratuen mugimenduak, bere orokortasunean, 1080 euroko pentsio minimoa eskatzen du. Nafarroako erretiroen ordainketen bataz bestekoa 1320 eurotik gora dago, baina genero arrakala Estatuko handienetakoa da. Gizonek ia 1530 kobratzen dute hilero bataz bestekoz; emakumeek, aldiz, 968 euro. 

Kalen Astizen iritziz, emakumeek beti izan dute erretiroaren kobrantza txikiagoa: “Emakume askok egiten dute lan etxetik kanpo, baina, seme-alabak izatean, lan horiek utzi behar izaten dituzte batzuek; ez dute kotizatzen, nahiz eta etxe barnerako lan egin, eta horrek eragin zuzena du pentsioan”. “Beti izan da okerragoa emakumeen egoera, baita gaur egunean ere”, dio Azconak. 

Pentsioez gain, baina, Larrain taldea orain murgildua dago adinekoentzako Barañaingo eguneko zentroaren kanpainan. Berriz ere, eskubideen aferan, zaintzak. Bizitzako azken urteetan areagotzen diren beharrek zaintza lan handia eskatzen dute. Kalenek dio duintasun kontua dela: “Gabezi handiak daude adinekoen zaintzen inguruan Barañainen; ez dago eguneko zentrorik ezta erresidentziarik ere”. Hala ere, eztabaida ez da zerbitzuen existentziaren ingurukoa soilik, baizik eta hauen nolakotasunena: zer nolako eredua da egokiena adinekoen zaintzarako? 

“Larrainen helburua gure artean eztabaida irekitzea da. Ikusten ari gara zahar-etxe handiek pandemiarekin arazo handiak izan dituztela, nahiz eta ongi diseinatuak egon halako zentroek masifikazioa pairatzen dutela. Badaude beste eredu batzuk”, dio Astizek. Larrainek zerbitzu publiko deszentralizatuen inguruan egin du lan azken hilabeteetan. “Denok bizi izan nahi dugu gure etxeetan ahalik eta gehien, eta bitartean, bestelako zerbitzuak eskaini daitezke: tutoretzapeko pisuak, etxez etxeko zaintza zerbitzuak… Europa iparraldean jada ezarri diren sistemak dira”. 

Larrainen orain udalarekin sortu nahi dute harremana. Izan ere, joan den legealdian Adineko Pertsonen Kontseilua jarri zuen udalak martxan, adinekoen parte hartza sustatzeko helburuarekin. Azken bi urtetan, baina, ez da kontseilua bildu. Larrainek berriz aktibatu egin nahi du, eta Nafarroako Arartekoak jada adierazi du udalak kontseilua biltzeko beharra duela. Otsoa, Astiz eta Azconak argi dute udalari adinekoen esanak helarazi nahi dizkiotela. “Gure iritzia kontuan hartzea nahi dugu”, dio Otsoak. Kalen ere bide berean dago: “Ez gara geldituko, udalaren erabakiek gurekin zuzenean zerikusia dutelako”. 

Joan den otsailaren 25ean Larrainek kontzentrazioa deitu zuen Udaletxe plazan. Udaleko osoko bilkura abian zelarik, Adineko Pertsonen Kontseilua aktibatzea eskatu zuten. Pankarta bat atera zuten. Pankarta heltzen, laurak emakumeak. 

 

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