Europa y el euroescepticismo
La sesión se inició con la presentación de la misma por parte de Ramón Arozarena, que la enmarcó en la serie de ponencias en torno a Europa que ha programado la Escuela Social de Barañain para este primer cuatrimestre del curso 2016-2017.
ESCUELA SOCIAL | El ponente de esta segunda sesión era Manuel Bear, periodista que ha trabajado en diversos medios de comunicación de Navarra, habiendo sido director de Diario de Noticias y pertenecido al gabinete de prensa del Gobierno de Navarra.
Comenzó su intervención anunciando que en esta charla iba a dar una visión impresionista de la Europa actual, entre la charla de su formación e historia abordada por Miguel Izu en la primera sesión, y la charla sobre el futuro que dará Daniel Innerarity el próximo mes de Diciembre.
Lo primero que afirmó el ponente es que la situación actual de Europa es de confusión. Para ello, se valió de dos ejemplos de la prensa de estos días: en el Reino Unido no saben cómo afrontar el Brexit y la Unión Europea anuncia cambios en el nivel de exigencia a los países que no cumplen con los requisitos solicitados hasta ahora.
Una primera cuestión importante a tener en cuenta para el análisis del presente de la UE es que falta historia. La Unión Europea sólo tiene una relación de tratados y de directrices, sólo una especie de memoria administrativa. Por ello, traslada que existe una falta de conciencia e idea de Europa, sólo hay una nebulosa por encima de nuestras cabezas, formada por elementos que no terminan de encajar.
Según Manuel Bear son cuatro las piezas de ese puzzle difícil de encajar, empezando por un relato idealizado de deseos de paz. Un marco económico favorable a dos objetivos, concretamente un mercado común y unas medidas de cohesión. Una retórica cívico social de igualdad de derechos y de ciudadanía europea. Y por último, un corpus jurídico y normativo con efectos en distintos ámbitos: económico, comercial,…
La segunda cuestión a tener en cuenta es que la UE nunca ha sido una entidad política autónoma como las naciones que la forman, no hay un pueblo europeo que haya elegido la UE. La UE defiende a los estados miembros.
Factores determinantes en la formación de la Unión Europea
Hay dos factores en la formación de la Unión Europea que son determinantes. La primera, la ideología que ha informado la UE, que ha tenido dos fases. Una primera fase, desde los años 50, teniendo como base la idea de Estado Social, de Estado del Bienestar: defensa de los servicios públicos, del pleno empleo y de la fiscalidad progresiva. Y una segunda fase, desde los años 80, donde el neoliberalismo considera que el Estado es un obstáculo.
A este cambio de ideología contribuyó el desmoronamiento del llamado socialismo real y que en los países de occidente, la socialdemocracia había conseguido casi todos sus objetivos con lo que la nueva clase media pensaba que ya no necesitaba esa socialdemocracia.
El nacimiento del euro fue ya el último toque, puesto que se formó con la idea del Banco Central Alemán: baja inflación y evitación del déficit.
Los tres momentos históricos de la composición de la Unión Europea
En primer lugar los países del núcleo fundacional, Francia, Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos e Italia. Los cuales eran unos países de cultura homogénea que habían sufrido y vivido historias comunes (guerras, fascismo…) y con una industria potente.
La primera ampliación, años 80, unió a los países del sur, Portugal, España y Grecia, países salidos de situaciones de dictadura con necesidad de Europa para afianzar sus democracias y para tener un impulso económico. Estos países se entregaron a Europa y sus habitantes preferían ser europeos que de su propia nación. En aquel momento, España era el país más europeísta.
La segunda ampliación, la llegad de los países del este. Unos países que ya tenían experiencia de vivir bajo un sistema supranacional, pero que vivieron como una situación de dictadura, por lo que defendían la entidad de su propia nación. Sin embargo, paradójicamente se produjo una gran emigración de estos países, con personas que habían trabajado en las industrias de sus países bajo la influencia comunista y que salieron en busca de una vida mejor. Y esto dio lugar a respuestas nacionalistas y racistas en los países donde se le recibió.
Resumen en dos ideas que han llevado al euroescepticismo
Así pues, podemos resumir en dos ideas que han llevado al euroescepticismo, el cambio del paradigma ideológico, que ha dejado todo en manos del mercado, y el énfasis nacionalista dentro de los países, que junto con los movimientos migratorios dan lugar a la xenofobia y el racismo.
A continuación, para constatar ese euroescepticismo, el ponente aportó una serie de datos sobre el grado de rechazo de los europeos hacia la UE. Esos datos daban un mayoritario rechazo de los europeos hacia Europa (el 71% en Grecia, el 61% en Francia, el 49% en España,…).
Las propias élites europeas han contribuido, si no creado este euroescepticismo, con la creación de una opinión contraria a otros países miembros (ejemplo paradigmático es el acrónimo PIGS, cerdos en inglés, para hablar de Portugal, Italia, Grecia y España- Spain).
El euroescepticismo entre la población
Por otro lado, tal y como lo percibe la población, podríamos decir que hay cuatro causas de euroescepticismo. Siendo la primera de ellas el desempleo, que mayoritariamente ha afectado a los trabajadores de nivel medio, por la introducción de las tecnologías. En segundo lugar, el dominio de las grandes corporaciones, que son más poderosas e influyentes que los propios estados, generando desamparo. En tercer lugar, la crisis migratoria y por cuarto y último lugar, la ansiedad por el futuro debido a los efectos del cambio climático.
Todo esto crea un clima de malestar a ciudadanos y estados. Los estados han ido perdiendo soberanía poco a poco (por ejemplo el cambio constitucional de Zapatero junto al PP, a demanda de Europa). Esto lleva al nacionalismo, y los movimientos euroescépticos y populistas tienen un carácter fuertemente nacionalista.
Dos cuestiones de actualidad, el Brexit y el papel de la izquierda en Europa
Para terminar la charla, Manuel Bear hizo referencia a dos cuestiones, el Brexit y el papel de la izquierda en Europa.
El Brexit es la materialización del euroescepticismo. Se ha producido en un país rico, que debería haber sido de los fundadores pero que tiene una historia distinta y muchas peculiaridades. Al final la entrada se produjo pero con muchas excepciones. Apostaba por el libre comercio pero no aceptaba las directrices de la UE. El propio gobierno Británico ha sido siempre euroescéptico.
Sobre la izquierda en Europa, concluye que se encuentra en fuera de juego. La izquierda socialdemócrata comparte principios con la derecha y eso le está llevando hacia la desaparición. Sin embargo, la izquierda de las confluencias todavía no ha encontrado el modo de funcionar. La izquierda tampoco tiene claro el papel de los estados y el de la unión, habiendo dentro de la misma ideas contrapuestas.