La educación a debate: ¿Es posible un pacto educativo?
La charla organizada por la Escuela Social de Barañain contó esta vez con Pilar García Pérez(CCOO) para tratar el tema de la educación en España. Realizó un repaso histórico y se centró en la actual situación del pacto que se gesta en el congreso
ESCUELA SOCIAL | Comienza la charla de febrero de 2018 con la presentación de la misma por parte de Carlos Cutrín de la Escuela Social, que además de introducir el tema da paso a la ponente del día que es Pilar García Pérez, Licenciada en Filoloxía Galego-Portuguesa, Filología Hispánica y Filología Románica por la Universidad de Santiago de Compostela, profesora de Música de Educación Secundaria en el IES Antonio Calvín de Almagro (Ciudad Real) y actualmente Secretaria General de la Federación de Enseñanza de CCOO de Navarra.
Comienza Pilar recordando que el tema está muy al día puesto que se cumple un año justo del comienzo de una ponencia sobre el Pacto Educativo que se está desarrollando en una subcomisión de la Comisión de Educación del Parlamento Español.
Anuncia que va a hacer un recorrido por las leyes de educación para a continuación centrarse en qué se puede hacer ahora a partir de lo que tenemos.
I.- Recorrido histórico
Los sistemas educativos como tales no han existido siempre. En Europa se empezarán a desarrollar como consecuencia de la Revolución Francesa, a partir de 1789. Antes de ello la educación era solo de las clases altas y por parte de la Iglesia.
En España, la constitución de 1812 incorpora la idea de la educación como un entramado en cuya organización, financiación y control debe intervenir el Estado, con lo que se sientan las bases para el establecimiento del sistema educativo español. Sin embargo, su concreción definitiva culmina con la aprobación, en 1.857, de la llamada Ley Moyano.
En la primera mitad del siglo XX, con la llegada de la II República se producen grandes avances en el tema educativo. Sin embargo, no hubo tiempo de llevarlos a la práctica debido al golpe de estado del 36 y la llegada de la dictadura. Esto supuso un gran retroceso que hizo volver a la educación elitista y en manos de la Iglesia de tiempos anteriores.
En 1970 se promulga la Ley General de Educación (LGE) que regula por primera vez la estructura del sistema educativo. Reconoce el fracaso de la educación autoritaria anterior. Se pasa a un sistema unitario (no de dos vías, como era el anterior). Una estructura con puentes para pasar de una a otra (EGB, BUP, FP…)
Con la llegada de la democracia y en 1978 de la Constitución, en su artículo 27 se establecen los principios generales, en los que se asume que los poderes públicos deberán garantizar el derecho a la educación.
Esto se plasma en una ley por primera vez en 1985, la Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE), promovida por el gobierno del PSOE, que constituyó una tímida reforma educativa que no se ajustó a las promesas electorales del partido en el gobierno. Esto llevó a grandes movilizaciones y huelgas desde finales del 86 hasta el 87. El origen de las protestas estuvo en cuestiones como la subida de tasas y el incumplimiento de promesa de aumento de la inversión en educación o retirada de la religión en las escuelas.
A las protestas iniciadas por el mundo estudiantil se unió también el movimiento obrero consiguiendo al final la bajada de tasas y el reconocimiento del Sindicato de Estudiantes.
En 1990, se promulgó la Ley Orgánica de Ordenación del Sistema Educativo (LOGSE), que sí supuso un cambio importante que modificó el sistema educativo estableciendo la enseñanza obligatoria hasta los 16 años. El objetivo de la Ley era atender a la diversidad del alumnado. Se establecieron la Educación Infantil, la Educación Primaria, la Educación Secundaria, dividida en la parte obligatoria (ESO) y la postobligatoria (Bachiller y FP de Grado Medio y de Grado Superior). Se regulan también la educación artística o los idiomas, así como los programas de garantía social para aquellas personas que no habían podido obtener una titulación. La religión se ofrece de manera obligatoria pero es de libre elección.
Se intenta prestigiar la FP, dándole más entidad a la FP de Grado Superior al ponerse al nivel de la universidad, puesto que se cursa tras aprobar el Bachillerato.
Se hace también caso a las diferencias existentes en los distintos lugares del país.
Fue un avance y un cambio democrático.
En 1996 se produce la victoria del PP que en 2012 promulga la Ley Orgánica de la Calidad de la Educación (LOCE) con mucha oposición política. Pero tras un año de implantación y tras la victoria del PSOE se sustituyó por la Ley Orgánica de Educación (LOE).
Las novedades de esta nueva ley fueron sobre todo la introducción de la asignatura Educación para la Ciudadanía, la implantación de los itinerarios de 4º de la ESO y la puesta en marcha de Evaluaciones Externas en 4º de Primaria y 2º de Secundaria. También se inician Programas de Refuerzo y de diversificación curricular para el alumnado con mayores dificultades.
En 2011 vuelve a ganar el PP y gracias a su mayoría absoluta promulga en 2013 la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), también llamada Ley Wert. Se aprobó con el único apoyo del PP y la abstención de UPN. Todos los demás, en contra. Es una Ley segregadora, elitista y retrógrada que pervierte la evaluaciones externas de la LOE, previstas para diagnosticar y mejorar el Sistema Educativo, usándolas para hacerlas públicas y dar la posibilidad de hacer ranking de centros. Se vuelve también a las reválidas para la obtención de títulos.
A finales de 2016 las huelgas y movilizaciones de la comunidad educativa asó como la pérdida de la mayoría por parte del PP, hicieron que las reválidas no empezaran a ser obligatorias para titular mientras no se consiga un pacto educativo. Además la religión vuelve a ser evaluable y se permiten los conciertos con centros que segregan por sexo.
II.- ¿Es posible el pacto?
La subcomisión del Parlamento lleva un año trabajando en ello. Han pasado por la misma 83 comparecientes de la vida política, sindical, social, intelectual…
Sobre si es posible o no el pacto, eso depende de las intenciones de cada formación política y de hasta dónde quieren ceder. Sin embargo, no es un pacto político lo que se necesita, sino un pacto social. Si no se tiene en cuenta los ámbitos no políticos, no será un pacto social.
Tras las comparecencias, son sólo los políticos los que ahora están trabajando el tema del pacto alrededor de 15 puntos sobre los que deben llegar a un acuerdo para mayo de 2018. Esto se conoce por la prensa porque no son sesiones públicas como sí lo eran las comparecencias.
En cuanto a la posibilidad de un pacto político, habría que ver a qué nivel ¿dos tercios? ¿mayoría absoluta? PP, PSOE y Ciudadanos parecen proclives a llegar a un pacto, pero sería un pacto político. Y el pacto no debe ser un fin en sí mismo. El fin tiene que ser la mejora de la Educación y si el pacto no sirve para esto, el pacto es inútil. No puede haber un pacto a cualquier precio.
El primer problema está en el punto de partida. El ministro propone partir de la LOMCE, otros piden la derogación de la Ley.
La plataforma estatal por la escuela pública ha hecho un documento (“La Educación que queremos”) con los puntos que se deben incluir en ese pacto.
Una serie de puntos fundamentales que pueden ser escollos para alcanzar el acuerdo son los siguientes:
-
Los conciertos educativos. Aprobados por la LODE para poder cubrir en aquel momento (1985) la escolarización. En algunas Comunidades Autónomas esto se ha pervertido, llegando a ceder suelo público a centros que cuando se construyan serán concertados. Hay partidos que lo vana defender y otros que pedirán que se vaya paulatinamente a una red pública.
-
La financiación. Antes de la crisis el gasto en Educación era del 5% del PIB, ahora el PP se plantea por “exigencia” de Europa bajarlo hasta el 3,8%. Esto no se puede aprobar en un pacto educativo. La media de la OCDE está en el 7%
-
La equidad y la inclusión educativas. España tiene la tasa de abandono más alto de la UE. El 20% no tiene título o no siguen los estudios después de la ESO. Y el fracaso escolar está provocado por motivos socioculturales y socioeconómicos. Esto debería cambiarlo el Sistema Educativo. Hay que crear un sistema flexible y adaptado al alumnado de hoy en día, muy distinto del de tiempos anteriores.
-
La profesión docente. Cuando se habla de mejorar el sistema educativo se pone siempre los ojos en el profesorado. Se discute el modo de acceso y se pretende cambiar esto para conseguir a los mejores. Hasta se ha propuesto crear el DIR (Docentes Internos Residentes, como el MIR para los médicos). Un examen para hacer el DIR, dos años de prácticas y otro examen para conseguir la plaza. Es un punto de difícil acuerdo el acceso, promoción y formación docentes.
-
Evaluación y calidad del Sistema Educativo. La evaluación no tiene por qué ser mala. El problema es cuando se usa de modo perverso. Se puede emplear para la mejora no para la competitividad entre los centros.
-
La religión. Para unos debe salir del currículo y debe vivirse en la intimidad. Sin embargo, ni siquiera los gobiernos socialistas se han atrevido a romper el concordato sobre enseñanza de la religión católica (que data de 1979), a pesar de las promesas electorales.
-
La Formación Profesional. Siempre ha sido la hermana pequeña del Bachillerato. En otros países no es así. En España tenemos por un lado titulados universitarios y por otro no titulados o únicamente con el titulo de ESO. Nos faltan los técnicos que ocupen la zona intermedia.
Mientras se debate todo esto, la LOMCE sigue su curso y a pesar de ello el PP ya ha propuesto introducir en los colegios e institutos formación en “Conocimiento de la seguridad y la defensa nacional”.
Lo más importante es que el pacto no puede ser el fin, sino el medio. Lo importante es la mejora de la educación.