Mesa redonda sobre la madre tierra en la parroquia santa maría

Rodrigo Antón Sobejano, ingeniero agrónomo, habló sobre “Agricultura y biodiversidad”. Inició su presentación enlazando el 22 de abril, día de la Tierra, con el 17 de abril, Día de las luchas campesinas por el control de la tierra que cultivan. Describió la evolución de la agricultura desde unos modelos de subsistencias a otros comerciales, de una “agricultura de producir alimentos a producir dinero”. Los incrementos de producción han dejado en el camino: la degradación del suelo orgánico, la contaminación, la reducción de especies manteniendo las muy productivas, el monopolio por parte de grandes empresas de fitosanitarios, semillas y fertilizantes, etc. La hambruna de Irlanda en 1845, que produjo 2 millones de muertos sobre una población de 9 y una emigración potentísima, encontró solución cuando un experto trajo de Bolivia unas variedades resistentes al hogo causante de la enfermedad. En Bolivia hay 1.000 variedades de patata, actualmente se cultivan comercialmente únicamente 170 especies. Rodrigo planteó como alternativa la agroecología, que respeta la sostenibilidad del medio ambiente y social.

Javier Goikoetxea Seminario, ingeniero industrial, con experiencia en cargos directivos de empresas, centró su discurso en “La economía del Bien Común”.

Su “caída del caballo” de las multinacionales se produjo en un viaje a la India en el que renegó de la dureza de la economía capitalista. En su conversión influyó el libro “La economía del bien común” de Christian Felber. Plantea que para buscar el bien común, hay que medirlo en las empresas mediante una matriz de 1.000 puntos, que valora: la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social, etc. La tiranía de la cuenta de resultados no debe ser el criterio único de gestión de las empresas. Ha creado una asesoría para ayudar a las empresas y a las personas a hacer las cosas bien. Ha descubierto que con este trabajo se puede vivir y ser feliz.

Ángel Iriarte Arriazu, sacerdote y Director de Cáritas Diocesana, centró su discurso en la Ecología Integral, contemplada por el Papa Francisco en la encíclica “Laudato sí”. Hay que “escuchar el clamor de los pobres y de la tierra”. El animal que hay que proteger es el ser humano. Los progresos científicos por extraordinarios que sean, si no van acompañados del progreso moral y social se vuelven contra el hombre.

Algunas ideas de la ecología integral desarrolladas por Ángel fueron las siguientes:

• Todo está conectado en este mundo. Hemos compartimentado saberes y competencias, pero perdemos la idea global. Bertrand Russell “Nunca el ser humano ha ido más deprisa sin saber dónde”.
• No podemos hablar de una crisis ecológica y social, son la misma crisis.
• La ecología integral-social necesita que las instituciones de una sociedad estén sanas. Se hicieron alusiones a casos en que las autoridades no están a la altura de la sociedad a la que representan.
• Ecología de la vida cotidiana con los barrios inhumanos de las ciudades… ¿si no hay viviendas, cómo vamos a ser ecológicos?

Se refirió, también Ángel, al principio de subsidiariedad: lo que puede hacer el elemento pequeño no lo tiene que hacer el grande. El Estado debe dejar que la familia, las asociaciones y las instituciones desarrollen su papel.

Los ponentes recibieron aplausos del público asistente y contestaron a las preguntas que se formularon.

DÍA INTERNACIONAL DE LA MADRE TIERRA EN BARAÑAIN

El pasado domingo, 22 de abril, a las 13.30 h, el grupo “Laudato sí” de la parroquia Santa María Madre de la Iglesia de Barañáin, organizó por segundo año consecutivo, un simbólico acto en el Parque de la Constitución, para conmemorar el Día Internacional de la Madre Tierra.

Se recordó que desde 1970 cada 22 de abril se celebra el Día la Tierra, que pone de manifiesto la interdependencia real entre los seres humanos, las demás especies vivas y el ecosistema que todos compartimos. Con el objetivo de rendir homenaje al planeta que nos acoge en su seno, pero no somos sus dueños sino usuarios, planteamos posibles soluciones a algunos de los mayores problemas ambientales a los que debe hacer frente la humanidad.

Este año se pone el acento en acabar con la contaminación de los plásticos. “En la UE generamos 30 kilos de residuos de envases de plástico por persona al año”, denuncia Amigos de la Tierra. Ante la ingente cantidad de plásticos que consumimos, un grupo de científicos de Reino Unido y Estados Unidos han diseñado una enzima que come plástico y que en un futuro podría ayudar a la lucha contra la contaminación. Pero, hasta que llegue ese momento, debemos ser conscientes de que existe en el mundo más de una tonelada de plástico por cada persona que lo habita.

Por ello, sintiéndonos responsables de ese peligro de contaminación de la Casa Común que llamamos planeta, sugerimos algunas prácticas que, en resumen, se concretan en reducir el consumo de plástico, reutilizar esos productos en la medida de lo posible y, en último caso, depositarlos en el contenedor correspondiente para su tratamiento y reciclaje.

En este acto de homenaje a la Madre Tierra, presidido por un globo del mundo y una flor (dedicada a la Madre) se recitaron poemas africanos de Abdesalán Baraka, latinoamericanos “Mi bella tierra” de Fernando Cardona, y de España. Se alternaron con canciones de estos mismos continentes, referidos todos ellos a la Madre Tierra: “La conquista del paraíso” de Vangelis, “Yo soy la Tierra” de Atlantis… Para terminar con la jota “A una madre hay que querer”.

Asistieron al acto unas 80 personas, que escucharon atentamente y aplaudieron esta iniciativa que se ha tomado en serio el cuidado de nuestra casa común, el planeta, como un bien a conservar, compartir y legar en las mejores condiciones a las generaciones venideras.

Tomemos ya las precauciones necesarias y exijamos a nuestros gobernantes que en sus programas figure esta preocupación urgente por salvar un patrimonio común tan preciado, del que no somos propietarios sino usuarios responsables y actualmente en peligro.

Estas actividades están organizadas por el grupo parroquial “Laudato, sí”, animado por el párroco Javier Sagasti, que viene estudiando la encíclica y desarrollando actividades abiertas a todas las personas desde hace tres años.

_{Jorge Martínez de Morentin}