Batzarre. Buzoneo. Vivienda. Entreplantas.

Cada cual tiene sus planteamientos políticos. ¡Por supuesto!. Pero conviene saber diferenciar. Cuando de ellos se derivan actuaciones que afectan a toda la ciudadanía hay que tener muy en cuenta el interés general. Si, además, se trata de pronunciamientos públicos realizados por, y en nombre de, un partido político que afirma apoyar el cambio social, es exigible coherencia, responsabilidad y, muy importante, ausencia de demagogia. La ciudadanía, por lo general, está al límite del hartazgo por culpa de la palabrería. ¡Ya nadie compra humo!. Hago estas consideraciones tras leer el díptico buzoneado por Batzarre, en todo Barañain, relativo al uso a dar a unas entreplantas de propiedad municipal existentes en la Plaza Consistorial.

Afirma no querer polemizar sobre diferentes informes técnicos para, a renglón seguido, manifestar que el suyo –hoy por hoy desconocido- no contiene ningún problema técnico, ni difícil ni irresoluble. ¡Curiosa manera de no entrar en polémica! Por si fuera poco, se atreve a desmentir el contenido de un informe, elaborado por el arquitecto asesor municipal, difundido entre el vecindario afectado, que avisa de la necesidad de un cambio legal para dedicar las entreplantas a un uso como viviendas. Batzarre, además, pontifica, - “hablar con dogmatismo o seguridad infundada sobre algo que aún debe analizarse” - sobre que la existencia de dichas viviendas no puede suponer otra cosa que ventajas. Quizás, la única afirmación significativa contrastable contenida en el díptico es la referida a que, si tienes una vivienda calefactada bajo la tuya, mejora el confort térmico; pero para llegar a semejante conclusión no hace falta ir a la universidad.

La mayor parte del espacio central del texto buzoneado contiene cifras imposibles de contrastar puesto que no cita ni fuentes normativas ni estudio técnico alguno realizado. Es significativa, no obstante, la afirmación de que las cantidades que aparecen citadas están referidas al coste calculado para rehabilitar una vivienda, cuando de lo que se trataría, en este caso, no es de rehabilitar sino de hacer vivienda nueva. Así pues, si la premisa de partida es falsa, ¿qué valor puede darse al resto? Tampoco refiere si han recogido la opinión del vecindario o la de aquellos  colectivos que actualmente utilizan parte de los locales: Belenistas y Taller de chapuzas.

Dice el informe del arquitecto municipal, pero Batzarre no menciona, que, por tratarse de vivienda nueva, debe obtenerse licencia de obras, la de primera utilización y la cédula de habitabilidad. También debe cumplirse una Ordenanza municipal que contempla, entre otras cosas, la autorización de la Comunidad de Propietarios para acceder a las viviendas desde los elementos comunes y para la utilización de los mismos. Relata una serie de dificultades a las que sería preciso dar respuesta, como la autorización de acceso al local o locales situados en la planta baja. Entre ellas se encuentran, también, el solucionar las ventilaciones mecánicas que exigen conductos a cubierta, el lograr la extracción de gases y humos de cocción de la cocina y el instalar un equipo productor de agua caliente sanitaria y de calefacción. ¡No parece poca cosa!

Se ha publicado en prensa, recientemente, que nuestro Ayuntamiento ha firmado un acuerdo con Nasuvinsa para participar en un proyecto dirigido a promover el alquiler de vivienda vacía. Existe, también, otro acuerdo para facilitar vivienda en casos de emergencia social. Se comenta que, sin tardar mucho, habrá suelo público para promoción de vivienda. Doy por supuesto que Batzarre tiene que ser, obligatoriamente, conocedor de todo ello. ¿A qué se debe, entonces, su obcecación por un proyecto complicado al que el propio arquitecto asesor municipal encuentra dificultades significativas?