Gutuna - Cartas
Las persianas de Barañain tienen memoria
Un amigo y buen compañero de fatigas me dijo el pasado 5 de diciembre que un comercio más parecía haber echado la persiana en nuestro pueblo. Lógicamente en nuestra querida localidad esa no era una novedad. La sorpresa era otra. La sorpresa era lo que esta persiana había guardado durante largos inviernos mientras permanecía recogida y enrollada. Es cuanto menos curioso que cuando una persiana se cierra para clausurar un negocio y zanjar de un cerrojazo el esfuerzo y el modo de vida de unas personas, esta misma reja metálica nos muestra y nos recuerda que hace unos cuantos inviernos, una vida también fue clausurada.
Irónicamente las persianas comerciales están hechas para impedir las tropelías de los malhechores, ladrones... Y es que en un pueblo en el que a las paredes les cierran la boca en 24 horas una persiana ha mantenido este grito archivado y al abrigo durante 12 años para abrirlo y recordarnos justo ahora, porqué murió Karmele Solaguren Goikoetxea en una helada carretera de Soria, un 6 de diciembre hace 10 años. Sí, ese grito no era otro que “Ekain askatu!”.
Esta pintada bien resguardada permanecía oculta tras una persiana comercial desde el año 2003 cuando la solidaridad y la rabia inundó las calles en el momento en que Ekain, hijo de Karmele y Jose Luis, era detenido, torturado y encarcelado a cientos de kilómetros del calor de los suyos y de su pueblo.
Algo que desde aquel 6 de diciembre he pensado una y mil veces es que si aquellos que mantuvieron el cerrojo de la celda de Ekain echado hubieran escuchado lo que les exigía la calle, las paredes... las gentes de Barañain en definitiva, Karmele no hubiera muerto a causa de la dispersión y probablemente hoy estaría entre nosotras.
Hace escasos días hemos recordado que Karmele perdió la vida a causa de la dispersión. Una nueva dinámica vecinal está revindicando memoria, reconocimiento y solución por lo sucedido. Desgraciadamente aquellos que tienen en sus manos la llave del cerrojo siguen sin escuchar lo que gritan las persianas, lo que revindican sus vecinas y reclama su pueblo. Siguen empeñados en negar las causas y por lo tanto firmes en la no solución.
Me pregunto qué es lo que han ganado esos que mantuvieron una política que segó la vida de Karmele y otras 16 personas más del resto de Euskal Herria. Me pregunto porqué a día de hoy UPN, PSN y PP siguen defendiendo esta política en el Ayuntamiento de Barañain. Me pregunto cuales son sus argumentos. Me pregunto si buscan que ocurra de nuevo.
Mientras unos se empeñan en no reconocer, nosotros y nosotras seguiremos guardando el recuerdo al abrigo de nuestra memoria. Para que pase de generación en generación hasta que quede marcado en el ADN de este pueblo y nunca más se vuelva a repetir.
Oroitzapena, aitortza, konponbidea!