Gutuna - Cartas

2015-11-25

A vueltas con el inglés

Jesús Sainz de Murieta Soravilla
Vecino de Barañain

Habitualmente, cuando a alguien se le rompe -o estropea- una persiana de su vivienda se pone en contacto con alguna de las personas especializadas, profesionalmente, en sustituirlas o arreglarlas. Del mismo modo, si tienes un problema de tipo mecánico o de chapa en un coche, lo dejas en manos de quienes trabajan en un taller habilitado para reparar dichas averías. Ocurre, también, que si necesitas cambiar el parqué, pongamos por caso al estar deteriorado, recurres a profesionales del ramo. Si en alguna ocasión, con motivo de determinada celebración, te quieres homenajear a ti mismo bebiendo un vino especial, tampoco resulta extraño pasarse por una vinoteca. Así podríamos continuar hasta, casi, el infinito por ser realidades de Perogrullo.

No está de más traer a cuento una afirmación de carácter universal: Todas las personas queremos lo mejor para nuestras hijas e hijos. Lo ansiamos, por otra parte, referido a todos los ámbitos de su vida, incluido el educativo. Además, resulta obvio que por carecer generalmente – se admiten excepciones- de conocimientos, destrezas o habilidades propias, delegamos parte de la consecución de los objetivos pretendidos, en personas con una –socialmente reconocida- adecuación. Del mundo de la Sanidad esperamos ayuda en prevención, cura y recuperación; la actividad física continuada la confiamos a personas preparadas para ello; la “iniciación en” y la “progresividad en” destrezas artísticas las aseguramos mediante la tutorización de especialistas.

Pero, ¿qué tiene que ver todo lo anterior con “el inglés” ? Pues en mi opinión, bastante. Lo digo porque, últimamente, están apareciendo en los medios de comunicación cuantiosas opiniones sobre la implantación del PAI – supuesto Programa de Aprendizaje en Inglés- expresadas por personas o entidades que no me atrevería a catalogar como especialistas en la materia.

Distinguiría dos cuestiones. Por una parte, el derecho de cualquiera a manifestar su opinión y ,por otra, la exigencia debida a quienes intervienen en el debate de no manipular el contenido del mismo. Quiero decir que si cuando se nos rompe una persiana llamamos al persianero, para un arreglo del coche vamos al taller, para beber un vino especial nos acercamos a la vinoteca y para tratar de remediar alguna dolencia de nuestras hijas o hijos acudimos a la consulta médica, en el caso de poner en práctica un programa de aprendizaje en inglés deberíamos ponernos en manos de lingüistas y profesionales de la enseñanza con experiencia y prestigio reconocido.

Opino que lo solicitado al final del párrafo anterior no se ha tenido en cuenta, desde el inicio. En Navarra los programas de semi-inmersión en inglés llegaron de la mano del British Council –Instituto Británico público cuya misión es difundir el conocimiento de la lengua inglesa y su cultura – y se implantaron en 6 Centros de Primaria y 2 de Secundaria. La implantación requiere cumplir una serie de requisitos, entre ellos la capacidad contrastada del profesorado propio implicado y la presencia de profesores o profesoras nativas. El entonces Consejero de Educación –Carlos Pérez Nievas- intentó generalizarlos pero el British Council no lo autorizó por no estar asegurado el cumplimiento de los requisitos exigidos. Al no conseguirlo, inició lo que denominaron TIL –Tratamiento Integrado de las Lenguas- que ha devenido en los actuales PAI. Vuelvo al argumento base: Se pasó por encima de la opinión de quien tiene como misión básica difundir el conocimiento de la lengua inglesa y su cultura. ¡Algo sabrán, digo yo!

Del inicio referido cabe deducir que, si no se consideraron criterios lingüísticos en la puesta en marcha del TIL, otros fueron los juicios que se tuvieron en cuenta. También es fácil inferir que lo que mal empieza, generalmente, mal acaba.

Entiendo que si el objetivo pretendido es ofrecer una enseñanza de calidad, también en lo referido a las lenguas, quienes no somos especialistas lo mejor que podemos hacer es atenernos a lo que digan quienes sí lo son. En Navarra hay excelentes lingüistas y profesionales de la enseñanza con una larga tradición en procesos de inmersión lingüística, con resultados más que satisfactorios contrastados. Tengámosles en cuenta. Guiémonos por su experiencia y prestigio reconocido. Las personas a título individual –entre las que me encuentro- determinadas Juntas de Asociaciones, Direcciones de Centros como institución, Organizaciones Políticas, Alcaldes, Alcaldesas y demás, deberíamos manifestar nuestras opiniones en base a criterios científicos -en este caso concreto, lingüísticos- . Será la mejor contribución que podamos hacer en pos de ofertar una enseñanza de mayor calidad a las generaciones que nos siguen.

Diseño y desarrollo Tantatic