Alberto Sancho
Antiguo 'político' que hace política desde la distancia. Un vecino más de ese espacio público que es Barañáin. ¿Debatir? Está en mis raíces, por eso colaboro en este medio. Te invito a que disfrutemos dialogando.
Amores que duelen
Así se titula el programa de televisión emitido ya, en segunda temporada, por Telecinco. Este espacio, tal como dice en su presentación, "está producido en el marco de la campaña '12 meses, doy la cara' por la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer y ofrece el testimonio de mujeres que han sufrido violencia física, psicológica, sexual o económica a lo largo de su vida".
Más allá del contenido, para nada criticable y con el cual estoy completamente de acuerdo, creo que la productora no ha estado muy acertada a la hora de elegir el nombre. Para un servidor, amar no conlleva violencia. Pero, ¿cómo no vamos a evitar más asesinatos y situaciones como las vividas por estas personas si desde los propios medios de comunicación confunden y "eligen" la violencia y los malos tratos con el propio amor?
Y es que, en los últimos días, tres mujeres a lo largo de todo el Estado han sido asesinadas a manos de sus parejas. Erandio, Murcia y Vigo. Y repito, asesinadas. Treinta y tres. ¿Cómo entonces, una cadena como Telecinco puede mezclar términos?
Yo me planteo. Si dicha cadena no está acertada, ¿qué podemos pensar del Gobierno, de la oposición, de la ciudadanía en general? Del Gobierno, poco. Condena, ánimo para las familias y ayuda. Condena, toda; ánimo, mucho; ayuda, más bien poca. Poca cuando desde el año 2010 se ha recortado en un 26%. De la oposición, más bien lo mismo: "que mal lo está haciendo el Gobierno". Y hasta ahí podemos llegar. Del resto de los mortales, ustedes y yo, pues más bien igual: que 'mierda' de clase política tenemos, incapaz de llegar a acuerdos para resolver problemas tan serios como éste.
Y mientras todas esas partes siguen igual, el resto, todos, seguimos viendo esos "Amores que duelen" sin darnos cuenta que, dolor, es el que sufren ellas cuando la sociedad no da solución a sus problemas, cuando miramos a otro lado o, peor todavía, cuando somos incapaces de consensuar un pacto de Estado por ellas. Hagamos que haya salida.