Desigualdad económica: causas y consecuencias

Podemos identificar varios tipos de desigualdad: desigualdad económica, entre sexos, jurídica, desigualdad informativa y educativa. Me voy a centrar únicamente en la desigualdad económica.

El profesor Vicenç Navarro, catedrático de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Pompeu Fabra atribuye el evidente y obsceno crecimiento de la desigualdad a las siguientes causas: “la disminución, desde 1980, del poder adquisitivo del salario mínimo, establecido por ley por el Estado; descenso de la población laboral sindicalizada; desregulación de los mercados de trabajo, privatización de los servicios públicos; que los tratados mal llamados de libre comercio que regulan la movilidad de capitales tengan como principal objetivo el garantizar las inversiones en países con menores costes laborales; y la inmigración apoyada por el mundo empresarial.”

“Actualmente, según un estudio para Oxfam, ocho personas (ocho hombres en realidad) poseen la misma riqueza que 3.600 millones de personas, esto es, la mitad más pobre de la humanidad. Oxfam menciona las ocho premisas sobre las que se basa una economía que beneficia a sólo 1% de la población mundial: 1) El mercado nunca se equivoca y hay que minimizar el papel de los gobiernos; 2) las empresas tienen que maximizar sus beneficios y la rentabilidad de los accionistas a toda costa; 3) la riqueza individual extrema no es perjudicial sino síntoma de éxito, y la desigualdad no es relevante; 4) el crecimiento del PIB debe ser el principal objetivo de la elaboración de políticas; 5) nuestro modelo económico es neutral desde el punto de vista del género; 6) los recursos de nuestro planeta son ilimitados.” Ya vemos a dónde conducen estas premisas.

Las políticas que fomentan el crecimiento de las desigualdades, ya sea por acción u omisión, tienen consecuencias nefastas: ”La tasa de mortalidad en Catalunya creció un 10%, pasando de 7,98 a 8,77 defunciones por cada 1.000 habitantes entre 2010 y 2015 (cuando había descendido en años  anteriores). Una situación semejante ha ocurrido en el promedio de España, tanto en el descenso de la tasa de crecimiento de la esperanza de vida como en el aumento de la tasa de mortalidad. Estos cambios han ocurrido a la vez que aumentaban las desigualdades de mortalidad entre ciudades (de distintos niveles económicos) y entre barrios (también de niveles económicos diferentes) dentro de las mismas ciudades.” – Vicenç Navarro.

“El libro Desigualdad: Un análisis de la (in)felicidad colectiva afirma que para los once problemas sociales y de salud pública examinados en su estudio: salud física, salud mental, consumo de drogas, educación, población reclusa, obesidad, movilidad social, confianza interpersonal, violencia, embarazo adolescente y bienestar infantil, los resultados son significativamente peores en los países más desiguales. En la web https://www.equalitytrust.org.uk/spirit-level hay gráficos disponibles que muestran estos resultados.”

“El crecimiento en la desigualdad está en la base del surgimiento de partidos nacionalistas de extrema derecha. Si no nos sentimos iguales no nos sentimos libres, la cohesión social desaparece y, con ella, la fe en el Estado de Derecho.” – Antonia Díaz Rodríguez, doctora en Economía por la Universidad de Minnesota. No soy anti-sistema, este sistema es anti-yo. Hay alternativas. Frente al pesimismo del miedo, el optimismo de la esperanza.