Inma Sayas
Despedida
No esperábamos decirte agur tan pronto. Nos habíamos acostumbrado a tu debilidad y nuestras vidas estaban ligadas a la tuya y hubiéramos seguido cuidándote tanto tiempo como hubiera hecho falta, pero decidiste que ya era suficiente, que nuestro cariño hasta ahí había quedado demostrado y que era momento de ir a buscar a todos los que tenías por ahí arriba.
Hombre, mucha gracia no nos ha hecho, para qué engañarnos porque nos has dejado huérfanos de tu cariño, pero la vida es así, de pronto se va. Y a veces se va dejando solo un rastro de dolor, pero a veces se va dejando un mar de cariño, de agradecimiento por los hijos que me diste, por la familia que pudimos crear, por el trabajo que llevaste a cabo en tu querido laboratorio, por todas esas personas que te han querido mucho.
Sentimos que no puedas ver el nuevo Sadar, pero seguro que desde un rincón del cielo ves los partidos de Osasuna y que no puedas echar más partidas de mus en el Milton. Sentimos que no puedas ver crecer a tus adoradas nietas, pero les hablaremos de ti para que el recuerdo que ellas tengan no se pierda en el olvido. Nosotros no te vamos a olvidar como no hemos olvidado a todos esos que te han precedido y que ya te han recibido ahí arriba en las manos del Padre. Agur Luis, agur jauna.