Alberto López
Don Gregorio en Lagunak
Nos vienen días y semanas de encierro en nuestras casas. Tiempo dedicado a cuestiones que quizás debido al ritmo de vida al que normalmente estamos sometidos, quedaban normalmente en un segundo plano. Pues bien, dentro de lo malo, intentaremos sacar provecho a la situación.
Cada uno explotará en la medida que pueda, aquellas aficiones que entre las cuatro paredes se puedan desarrollar. En mi caso, excarvar en la memoria y en el imaginario colectivo de Barañain, es una de las opciones. Hay personas, vivencias, expresiones, costumbres, oficios...que es importante que no queden en el olvido. Por medio de esta serie de retazos, que ya comencé hace unos años en Plazaberri recordando el cementerio o Deportes Nuñez, seguiremos trazando la línea de la memoria de Barañain.
Hoy, citaremos a Don Gregorio. A finales de la década de los 70 del pasado siglo, comenzó la andadura de Lagunak. Unos terrenos que previamente solían ser vertedero de basuras. Pues bien, hasta mediados de la década de los 80, toda persona que entraba por la puerta de la Sociedad, encontraba a Don Gregorio. Es curioso, como por aquella época, todavía se mantenía el Don para determinadas personas. Por ejemplo, los profesores de Los Sauces, cuando era el único colegio público del pueblo. (Don Tomás, Don Teodoro...).
Volviendo a Lagunak, Don Gregorio ya era una persona mayor entonces. En puertas de la jubilación, lucía una esbelta figura que le daba un aire de respeto y solemnidad. Pero si había algo que caracterizaba a este conserje, era su voz. Una voz que tranquilamente hubiera podido competir con la de Don Goyo, locutor de radio, amo y señor de las ondas navarras por aquellos años.
Don Gregorio era una persona educada, que siempre saludaba a todas las personas que entraban por la puerta, incluyendo a todos los txikis. Muchas veces, hacía el esfuerzo de aprender los nombres y saludar personalmente. Eran tiempos que ser portero o conserje en Lagunak, era ser multifunciones y sobre todo tener más paciencia que el santo Job.
Una de sus funciones y la que más recuerdo, eran sus avisos por megafonía. No existían los móviles y a Don Gregorio le tocaba gestionar los “recados” por el altavoz. Se alternaba aquella cuña de las normas de uso de la piscina, con avisos variados, que muchas veces provocaba la risa en toda la piscina, siendo Don Gregorio el protagonista involuntario.
“El propietario del coche con matricula X, que acuda a porteria que se lo lleva la grua”, “María Armendariz acuda a portería que su marido la está esperando”. “Pedro Riesgo, tiene a su hijo perdido en los asadores. Vaya a buscarlo”. “Los alevines de fútbol, acudan al bar”...en definitiva, algo impensable en los actuales tiempos. En ocasiones, las bromas telefónicas de Bart Simpson a Moe, se quedan cortas con aquellas llamadas.
El pasado 30 de Diciembre, Lagunak celebró su 40 aniversario recordando a personas significativas en su andadura. Sirvan estas líneas para recordar a Don Gregorio, fallecido hace años, a todas las personas que han trabajado en Lagunak y en especial a Miguel, histórico conserje que vivía con su familia en la propia Sociedad, en lo que actualmente son las oficinas de la Gerencia y Coordinación de Deportes. Miguel falleció hace unos meses.