Inma Sayas

2018-04-20

Eventuales

Reconozco de entrada que no conozco las tripas de la Administración. Que no sé los criterios en los que se basan para designar sanitari@s o docentes a sus puestos. Como decía León Felipe: “ Yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan sólo lo que he visto…” . Es un poema corto, merece la pena que lo leáis.

El papel lo aguanta todo y leo muy a menudo en mi periódico que la sanidad está mejorando muchísimo, que disminuyen las listas de espera, que… ¡estamos de puta madre! (perdón por la expresión, pero hoy no estoy para lindezas). Puede que sean ciertas algunas cosas, no lo voy a negar si las estadísticas así lo dicen, pero yo me sitúo en el lado del paciente y desde ahí es desde donde pongo mi queja. Digo tan sólo lo que he visto. Ahí va.

Centro de salud de Barañain, el I concretamente. Rosario de médicos eventuales en una de las consultas con los que no puedes establecer un mínimo de confianza médico-paciente porque al día siguiente ya no está y así una y otra vez. Al fin llega una médica con la que parece que se han acabado tus problemas y… ¡vuelve a desaparecer! Con l@s médic@s de mi consulta en Barañain pasa como con los personajes de Juego de tronos: No te encariñes con ninguno porque va a desaparecer. Pongo una queja.

Escáner de control de un cáncer nada menos, vamos por los dos meses que se hizo y aún no nos ha recibido el médico para decirnos cómo va la cosa. El grado de ansiedad que uno genera es infinito y nada… a esperar.

Vas a la consulta de Neurología, la neuróloga y su enfermera geniales, te tratan muy bien, te dan toda clase de explicaciones y te emplazan para dentro de un mes. Yo les pregunto si estarán ellas, bueno, pues la enfermera, NO. Otra vez la eventualidad.

Opino que la continuidad en la mayoría de los trabajos es muy importante, pero hay dos sectores en los que la eventualidad no debería existir más que en casos muy concretos y muy bien explicados y son en la SANIDAD y en la ENSEÑANZA, porque en ellos la relación entre paciente y médico y entre alumn@ y docente debe ser continuada, de confianza, de seguir un proceso, de ver una evolución…

Parece que mi queja va por el personal que de un modo u otro nos atiende, pues no. Nada más lejos de mi intención porque de todos ell@s no tengo ninguna queja. Tod@s nos han atendido de lujo. Mi queja va contra quienes organizan los sistemas de trabajo. Mi queja va por quienes de manera torticera quieren que paguemos menos impuestos. No votaré al partido que para engatusarme me diga que va a bajar los impuestos. Quiero que el dinero que yo pago de impuestos vaya a donde tiene que ir, a solucionar problemas, a dotar del personal necesario sin eventualidades en Educación y en Sanidad. Si no hay dinero habrá menos de todo y yo no quiero que haya menos de todo, quiero que haya más de todo lo que haga verdadera falta y que el trabajo esté mejor organizado. Quiero que haya más médicos para que no haya que esperar días y meses para la salud, que el alumnado tenga docentes de continuidad. Porque yo quiero ser tratada en la Sanidad Pública y no quiero arrepentirme de no haber cogido aquel seguro privado que se me ofreció un día.

Por cierto, la enfermera de mi consulta ya ha volado y leo que se va a dotar a la sanidad de muchos medios, pero no de más médic@s.

Va por l@s trabajador@s de estos sectores que seguro que me entendéis y queréis lo mismo que yo.

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