Eduardo Arocena
Estudiante y trabajador precarios. Indignado de sofá que decidió comprometerse y aportar su grano de arena. Espectador cada vez menos impasible de la vida.
NO QUIERO QUERER
Querer implica necesidad, carencias, expectativas, egoísmo. Si esto no se ve satisfecho o no existe reciprocidad por parte de los otros, surgen frustración y rencores. Esperamos que nuestras parejas, amigos o familiares cubran nuestras necesidades de afecto o atención, completen nuestras carencias de personalidad y sanen nuestros traumas. Si esto no ocurre, sufrimos. Todas estas pretensiones vienen dirigidas por el ego, siempre hambriento y siempre insatisfecho. Querer es arrebatarle la libertad al otro, exigir y culpar, adueñarnos de o desear algo o a alguien para completarnos.
Mi objetivo a partir de ahora es otro más elevado: amar. Cuando se ama se hace desde la empatía, el desapego, el altruismo, la generosidad, la paciencia, la comprensión, el apoyo, sin exigir nada a cambio, el compromiso, el dejar ser. Dar por el placer de dar, no esperando una contrapartida.
Aspiro a que mis amigos, familia o pareja se sientan a mi lado seguros, en confianza, libres, sin ansiedad, valorados, no juzgados, apoyados, inspirados, reforzados, serenos, ellos mismos. Para ello tengo que realizar un trabajo interno de identificar mis carencias, traumas o caracteres indeseados para superarlos, mejorar para mi para ser mejor con los otros y no buscar en los demás lo que me falta ni cargarles con la responsabilidad de hacerme feliz. Perseguir continuamente mi mejor versión para compartirme desde el amar, y no desde el querer. Si realmente se ama, no hay sufrimiento, pues nada se espera del otro.
Amar es estar presente en las buenas y en las malas, es cuidar, es no causar ningún tipo de dolor. Dar amor no agota el amor, lo aumenta; no provoca ansiedad, sino paz y tranquilidad.
Por supuesto esto no quiere decir que aceptemos faltas de respeto, cuestionamientos, coacciones, chantajes ni juicios de intenciones, deshonestidad, deslealtad. Allá cada uno con su conciencia si tratas así a alguien. Si amas de verdad sabes que mereces lo mismo, y no aceptarás menos, porque el amor propio también es amor. Amarte a ti mismo es el primer paso para poder amar a los demás.
La felicidad reside en el ser, no en el tener. En ese empeño estoy y estaré eternamente.