Alberto Sancho

Antiguo 'político' que hace política desde la distancia. Un vecino más de ese espacio público que es Barañáin. ¿Debatir? Está en mis raíces, por eso colaboro en este medio. Te invito a que disfrutemos dialogando.

2015-12-24

Nunca digas nunca

Jamás pensé que escribiría estas palabras. Nunca que te escribiría estas palabras.

Como cambia el significado de una frase cuando tú eres la protagonista de lo que siento. Y es que, es a tí a quien me dirijo; la de la sonrisa infinita, la que me absorbe el pensamiento.

Tú, culpable, la que sin avisar, me arrebató el corazón para siempre. Dije, nunca llegaría; me equivoqué. No una ni dos veces, cientos hasta que acepté. Enamorado de tu mirada, de tu sonrisa, de tu constancia, de tu sencillez; también de tu ternura, también de tu dulzura. De tu pasado, de tu presente, de tu futuro a mi lado. De tus gestos, de tus manos, de tu pelo ondulado.

Duele, duele mucho no poder estar juntos, separados por cientos de kilómetros insulsos, barrera física de un amor infinito. Infinito como tu aliento, ese que da ánimos para seguir, para conocernos, para disfrutarnos, estemos donde estemos, cerca, lejos o en un infinito cercano.

Tan cercano como nuestra pasión constante. La del llanto, pero también la de la alegría. Ésa que se crea derivada de compartir momentos, encuentros o conversaciones diarias. Ésa que nació el día que nos alegramos de volver a vernos. La misma que surgirá cuando nos volvamos a ver, para siempre.

Dicen que nunca se debe decir nunca; que jamás se debe decir siempre. Dicen, tantas tonterías dicen, que al final no les hacemos caso; ni al fracaso asegurado, ni al éxito fracasado. Sólo sé que desde hace mucho tiempo, este siempre que jamás debería decirse, está clavado a fuego en mi corazón. Ese siempre que siempre serás tú. Ese siempre que siempre seremos nosotros.

Firmado, Alberto Sancho. Un simple enamorado.

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