Eduardo Arocena

Estudiante y trabajador precarios. Indignado de sofá que decidió comprometerse y aportar su grano de arena. Espectador cada vez menos impasible de la vida.

2017-01-12

Opinión pública y opinión publicada

El artículo 20.1 apartado d) de la Constitución Española dice:

Se reconocen y protegen los derechos… a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión”

De acuerdo, pero en tanto en cuanto los medios de comunicación se constituyen en oligopolio en manos de grandes corporaciones, estos medios defenderán los intereses de sus propietarios. Sus intereses entran en colisión con los de la inmensa mayoría de la población que padece (a veces subrepticiamente) su línea editorial, máximo exponente del pensamiento único adoctrinador.

En España, para más inri, los medios de información públicos se usan como herramientas propagandísticas al servicio del gobierno de turno, mientras que los medios privados adolecen de una inquietante escasez de pluralidad. Sigue el flujo de dinero y descubrirás quién manda en realidad.

Se nos manipula a veces de forma tan sutil que pasa desapercibida, pero que cala en el subconsciente. A veces de forma tan burda que resulta hasta grosera, insultando la inteligencia del espectador, oyente o lector. El orden de la escaleta, los minutos dedicados a cada tema, el amarillismo, de lo que se habla y sobre todo de lo que no se habla, presentar a unos en positivo y a otros en negativo, centrarse en lo anecdótico en vez de en lo relevante… son múltiples las maneras que utilizan para no decir la verdad, pero sin llegar a mentir, calumniar, difamar o faltar al honor, equilibrio precario que a veces no consiguen, aunque no les supone sonrojo alguno. Poderoso caballero es don dinero. ¡Se compran a políticos de profesión, como para no comprarse a autodenominados periodistas! Se arrogan la facultad de ser los transmisores del sentir general, cuando lo único que hacen es insertar su punto de vista particular como si fuera ampliamente compartido.

Una sociedad desinformada es incapaz de tomar decisiones libres. Se nos está coartando nuestro derecho a la información además bajo el amparo de la libertad de prensa. Esto es como lo del artículo 67.2 CE que dice “Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo” y luego resulta que los partidos políticos están sometidos a disciplina de voto y listas cerradas, pero el acta de diputado o senador es personal.

¿Se puede alguien parapetar en la libertad de prensa para retorcer la realidad hasta que cuadre con lo que le interesa contar? Es un acto de verdadero contorsionismo constitucional. Cuando se demuestra que un médico ejerce mala praxis o actúa con negligencia, se le incapacita para ejercer su profesión y se le estigmatiza. Sin embargo, todos conocemos “periodistas” que mienten compulsivamente y ahí siguen, dándolo todo por sus amos, como buenos esbirros.

“No dejes que la realidad te estropee un buen titular” – frase atribuida a William Randolph Hearst.

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