Pablo Idoate
“Hablaremos de ese vicio saludable que no entiende de sexo ni edad. Ése que traspasa fronteras más allá de cultura y religión. Crea amistades, levanta pasiones y, además, es gratis. Consumiremos deporte. Dosis sin límites.”
¡Qué bueno que viniste brujo!
Acabo de llegar con todo el subidón de El Sadar y he hecho parar las rotativas. Cambio la columna que tenía programada para hoy. Necesito sentarme delante del ordenador y que los sentimientos de alegría que me envuelven ahora mismo dejen constancia de este día. De este momento. Pero primero hay que hacer memoria. No hace tanto que nuestro malherido Osasuna deambulaba por los últimos puestos de Segunda División, era noticia por su presencia en los juzgados y se hablaba, incluso, de su desaparición. Sin embargo, hay veces que uno necesita sentir el tacto del fango llegando a las rodillas para tener una reacción y empezar a caminar.
Y es ahí, en el barro, donde Enrique Martín Monreal se maneja como pez en el agua. Cuando ya solo es posible salvar la categoría con un milagro. Cuando se empiezan a usar las matemáticas para estudiar las remotas posibilidades de salvarnos. Cuando se crean lemas a la desesperada, estilo "Yo no bajo"... se tira de agenda y se busca a quién encasquetar semejante marrón. Y ahí, en la M de milagro, aparece el nombre del brujo de Campanas. Y, de nuevo, salvados. Pese a ello, la directiva buscó nuevo entrenador para esta temporada pero con las arcas del club vacías no les quedó otra que seguir manteniendo a Martín en el banquillo. "Es un entrenador que sirve solamente para salvar equipos in extremis ", decían las voces críticas que no veían con buenos ojos su continuidad... Y aquí estamos. A un partido de volver a Primera División.
Más allá de lo que ocurra el sábado en Girona, al bueno de Martín hay que agradecerle que hayamos vuelto a ver el Osasuna que a todos nos emociona. Un equipo que se mata en el campo, que no da un balón por perdido y que ha vuelto a sus raíces. Sin talonarios, con chavales de Tajonar y sin miedo a nada. Martín ha conseguido unir en la ilusión a una sociedad tan plural y diversa como la navarra. Desde hoy hasta el sábado a las siete de la tarde dejaremos un poquito de lado nuestros problemas y diferencias y disfrutaremos juntos del nirvana rojillo en el que nos encontramos. Y gran parte de culpa la tiene ese melenas de Campanas cuya mayor pasión es disfrutar y hacernos disfrutar con el Osasuna que a todos nos une. Mila esker brujo!