Gutuna - Cartas
Un reto de la sociedad en su conjuto
Creo que es hora de replantearnos la tolerancia que tenemos al consumo del alcohol, si bien es cierto, esta cultura ha convivido entre nosotros prácticamente toda la vida, entiendo que es ineludible el deber de replantearnos, no vale con decir y salir del paso que es nuestro hábito o parte de nuestra cultura.
También hemos de reconocer que el ritmo de vida que tenemos (estrés, tristeza, incapacidad de gestionar conflictos personales, sentimentales, frustraciones variadas) hace que el consumo del alcohol para olvidar las penas un medio más para no afrontar de cara los motivos que nos llevan a ello.
Ante estas situaciones adversas que tod@s los humanos que padecemos, tanto nuestros padres-madres, la escuela, las instituciones no nos han enseñado a gestionar y a través de recibir golpes y a nivel particular hemos ido aprendiendo que no es modo de afrontar los problemas sino más bien olvidar momentáneamente.
Para afrontar los problemas debemos cultivar, habilidades, destreza para saber gestionar las frustraciones variadas que en esta vida y que todo ser humano tenemos.
Tenemos que hacer un esfuerzo en detectar de que vía nos viene esa frustración para visualizar y anticiparnos para poner medidas de prevención concreta y no padecer en primera instancia la ansiedad.
Para ello, hemos de reconocer la dificultad, interiorizar la reflexión, alimentar la actitud crítica es la vía y no la vía del escaqueo del consumo del alcohol, drogas, comilonas...
Replantear las txosnas como medio de relación social quizás en algunos casos ha podido funcionar pero en muchos otros casos nos ha llevado a castigar el hígado, o el páncreas además de desinhibirnos y no afrontar los problemas, y en otras muchas ocasiones hemos perdido la cabeza incluso hemos cometido ciertas agresiones (peleas, incomodar a las mujeres etc.)
Una de las claves: ¿Como gestionar las frustraciones variadas de esta vida? Entre otros escapes es la ansiedad que hace que no tengamos limite a la ora de comer, al consumo del alcohol, estupefacientes... es un déficit que como sociedad tenemos, para ello están los profesionales (educadores, pedagogos, sexólogos, animadores interculturales, etc.) Como personas y a nivel privado y precisamente la madurez junto con los golpes de irte mal vas adquiriendo un bagaje del respeto para con la otra persona, la empatía y otras habilidades para intuir y penetrar en los foros interiores, la pocas habilidades que tenemos para afrontar los temas sentimentales, los tabús sexuales, amistades…una de las claves es precisamente llegar a entender la dimensión de los problemas, preocupaciones y las ataduras que nos paralizan para afrontar los retos. La banalización, las escusas baratas para salir del paso, el miedo a la soledad, echar la culpa a los demás están al orden del día, esta forma de actuar es como un círculo cerrado de la autocomplacencia y no trabajar-cultivar-reflexionar-replantear nuestras actuaciones, ponernos en nuestro propio espejo y desnudarnos con nuestras debilidades, lagunas, incertidumbres, falta de madurez, vergüenza, dependencia sentimental, dicho de otra manera, miserias humanas que en la mayoría de las ocasiones coinciden con el común de los mortales, una vez que reconozcamos nuestras miserias habremos solventado el 50%.