Inma Sayas

2017-02-23

La mayoría silenciosa

Hace unos días me enviaron un correo en el que se escuchaba a una chica árabe-israelí denunciando con voz alta y clara las atrocidades y genocidios que se producen por el mundo. No puedo estar más de acuerdo con su denuncia, en lo que ya no estoy tan de acuerdo es en el final porque nos acusa a todos de ser los culpables de que todo vaya tan mal por no "hacer nada".

A ver. ¿Qué podemos hacer tú y yo ciudadanos normales sin poder ni carisma ni conocimientos suficientes como para poder parar la estupidez humana que parece ser la que nos gobierna?

Me angustia bastante la idea de que yo ciudadana de Barañain, jubilada, madre y abuela que mira y escucha con horror las noticias, no haga nada por evitar todas las barbaries. Pero vamos a ver ¿Realmente puedo hacer algo? Me gustaría muchísimo que quien me acusa de no hacer nada me diera unas cuantas ideas. Le estaría profundamente agradecida si me indicara alguna dirección hacia la que caminar.

Pensando en estas cosas caigo en la cuenta de que "los que no hacemos nada" somos miríadas y se nos llama "La mayoría silenciosa". Y resulta que la mayoría silenciosa además de indignarse con los acontecimientos y a veces llorar de impotencia y de vez en cuando alegrarse con alguna escasísima buena noticia, trabaja cada día. Trabaja en mil oficios, hace posible vivir en una casa, viajar por tierra mar y aire, sembrar, recoger y preparar alimentos, cura, enseña, colabora con ONGs, voluntariados, acompaña, investiga, se forma, tiene conciencia social... La mayoría silenciosa muchas veces está mal pagada, a muchos casi nos les llega para pasar el mes, muchos tienen horarios despiadados, otros no tienen posibilidad de promoción, otros cambian de país en busca de otras oportunidades y sin embargo cada día se levantan y acuden a sus trabajos mejores o peores. La mayoría silenciosa claro que piensa en cómo mejorar el mundo, pero mucho más de lo que hace no puede hacer. Mucha gente va adquiriendo cada vez más costumbres más sanas de vivir y de respetar a la gente, a las ideas diferentes. Se denuncian abusos que hasta hace poco se ignoraban. Somos mucho más solidarios de lo que se nos quiere hacer creer. En fin, la mayoría silenciosa no es tan mala.

Pido a los que tan alegremente nos echáis la culpa de los males planetarios que no nos angustiéis más de lo que estamos. No podemos cargar en nuestros hombros los males que sí pueden solucionar los que en su mano tienen solucionarlos o directamente no crearlos.

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