Victor Moreno

Victor Moreno

Ya no es necesario recurrir a la técnica del esperpento de Valle Inclán para dar cuenta de lo que ocurre. Los hechos vienen a nuestro encuentro sin necesidad de solicitarlos. Lo hacen de forma tan grotesca que solo nos queda actuar como los tomógrafos, pero con material palabrático. Escribir para cortar la realidad en pedacitos y comprobar si en su interior se registra vida inteligente o, por el contrario, rasgos de una imbecilidad cada vez más inquietantes.

2016-03-28

Ladrones

Decía el dramaturgo alemán Bertold Brecht que “robar a un banco no era delito; lo era crearlo”. Ignoro cuánta gente de las que han asaltado algún banco se han dejado llevar por la inspiración del escritor teutón, por lo que cierta justicia oficial, esa que tanto mira por los pobres, habrá incluso pensado en llevarlo a los tribunales con carácter retroactivo. Pues es bien sabido que decir ciertas cosas constituye delito. Más, ahora, que rige la Ley Mordaza del ministro Marcelo, digo, Jorge Fernández y su ángel de la guarda.

No he entendido nunca, aunque lo he comprendido perfectamente, cómo los jueces se dejan llevar por ciertas denuncias y conducen al patíbulo de los tribunales a personas que se han limitado a decir lo que piensan incluso pensando muy bien lo que dicen. Resulta paradójico que ciertos actos de habla sufran la persecución del Código Penal de un modo taxativo y, por el contrario, ciertos actos sin más no sean susceptibles de recibir siquiera una llamada de atención por parte de la autoridad correspondiente. Sobre todo, si, como decía Balzac, detrás de cada fortuna hay un crimen. Uno detrás de otro.

No se sabe bien –aunque no ignoramos su causa-, por qué un chiste o una performance gamberra contra el fornicio de los casullas tiene más dinamita punible que, por ejemplo, airear que el presidente del BBVA (se) subió la remuneración un 2,3% el año pasado, cobrando la friolera cifra de 5,6 millones. ¿Cómo es posible que la judicatura ignore semejante hecho y no lo considere materia delictiva, más, incluso, que ridiculizar un dogma religioso o patriótico?.

No entiendo, decía, que una performance anticlerical o un chiste sobre víctimas –yo nunca los haría, quede claro-, pueda generar un clima social alarmante, muy alarmante, catastrófico, y la noticia donde se cuenta que un individuo que dice ganar lo que ustedes acaban de leer, no lo haga.

Porque una noticia de esta índole si a algo invita de verdad es a asaltar cualquier banco y, en especial, la casa del citado banquero y socializarle un pico, solo un pico, de su sueldo.

La explicación a estos desmanes y desmesuras vendría de la boca de la ministra de Fomento cuando sin pretenderlo en un lapsus, exclamó: "Lo he dicho más veces: es incompatible estar en política y ser honrado".

A lo que habría que preguntarse si alguien puede ser honrado dedicándose a hacer con el dinero de los demás lo que le salga del duodeno. A mí no me cabe la menor duda de que se trata de la misma obscenidad delictiva. Y que quienes dirigen el Fondo Monetario Internacional, es decir, Lagarde y sus adláteres, son unos ladrones, cuyas fotos, con la leyenda “Wanted”, la Justicia Internacional debería repartir por todos los foros públicos.

Es gente mucho más peligrosa para la salud pública que quienes son multados y encarcelados por reírse de la bandera, del rey y de Dios. Estos generan delitos sin víctimas. Aquellos millones de parados.

Diseño y desarrollo Tantatic