Dani Askunze

Dani Askunze

2016-09-22

El mismo muro

Nuevo curso, vuelta al cole y otra vez toca salir a formar a golpe de corneta electoral. En esta ocasión es el turno del parlamento autonómico vascongado y, faltaría más, los ecos llegan más allá de sus tres provincias. Aún quedará para postre la cuestión del gobierno de España, tras la que habrá un largo periodo en el que tendremos que inventar nuevos temas de conversación. 

No es que la campaña esté destacando precisamente por su nivel. Idoia Mendia tirando de euskarafobia, Pili Zabala enredada en lo que pone en su DNI, y Otegi con no sé qué de una bicicleta entre guiños al PNV, que dice que no, que es más de soberanía compartida. Y poco más que comentar. La política electoral sigue inexorablemente sus propios ritmos. Tanto, que la inhabilitación del propio Otegi ha perdido totalmente el primer y hasta el segundo plano de la campaña.

Con la euforia de la legalización in extremis de Bildu se llegó a oír que se había “ganado la batalla de la ilegalización”. Hoy pagamos las consecuencias, como triste metáfora del momento político. La Ley de Partidos, la cual no está de más recordar que sigue vigente y se sigue cobrando nuevas víctimas, no era una ley más. Formaba parte de toda una estrategia represiva más amplia, de una política de Estado. Política que podía variar según las circunstancias del momento, pero que permanecía impasible en el fondo. Por ello, cumplir dicha ley no era un adiós a la ilegalización, sino un hasta pronto.

Es por todo esto que pretender doblegar a los tribunales españoles con argumentos jurídicos, es como predicar en el desierto. A no ser que sólo se pretendiera con ello denunciar, como si no estuviera ya bien clara, su arbitrariedad y sus sentencias políticas de excepción. Pero eso es precisamente lo que ya se había hecho antes y no daba resultados. Conocemos de sobra la naturaleza reaccionaria de un Estado que ha dejado una ristra de personas y siglas represaliadas desde que comenzó la fase de las ilegalizaciones y el “todo es ETA”, por las que muchas siguen pagando las consecuencias, algunas todavía en prisión. Es de justicia no olvidarlo, y es necesario tenerlo en cuenta para algún día poder avanzar contra un muro que seguirá igual o más alto.

Diseño y desarrollo Tantatic