A propósito de las patrañas, de las imposturas

El aborto es una interrupción del embarazo que puede ser voluntario o no, fisiológico o no, inducido o no, decidido o no, puesto que no todos los embarazos que comienzan llegan a término. A menudo los embarazos son interrumpidos involuntariamente produciéndose un aborto. Afortunadamente, nadie ha condenado a estas mujeres.

El aborto decidido por las mujeres es condenado por los llamados “antiabortistas”. Se condena a quien decide. Sin embargo, algunos son muy condescendientes con el aborto decidido por Dios (que sea Dios quien cargue con la responsabilidad de lo ocurrido).

Por definición, solo se interrumpe voluntariamente un embarazo que no se desea. Y puesto que somos las mujeres quienes gestamos, seamos nosotras quienes gestionamos. Reivindiquemos pero no dejemos de proponer. Propongamos una Educación de las Sexualidades, que eduque los sexos y sus interacciones, pues los buenos amantes con “buen rollo” combinan perfectamente la responsabilidad y la sensatez con la pasión, la ternura, el desenfreno, el atrevimiento, la transgresión... Y en este sentido, los antiabortistas, en su cruzada contra el aborto, podrían haber hecho algo de utilidad, colaborando por y para reducir los embarazos no deseados. Sin embargo, especialmente la maquinaria eclesiástica, ha combatido todo aquello que podría servir para impedir los embarazos no deseados: especialmente ha combatido la aconcepción, también la contraconcepción (conocida como anticoncepción).  

En definitiva, reivindiquemos, pero no dejemos de proponer. Dejemos de llorar las mismas miserias que lloraron aquellas mujeres que se alzaron, pues aquellas quejas antiguas son quejas modernas del hoy. Focalicemos los esfuerzos en estudiar con detenimiento y consideración, para poder proponer con confianza y rigor.  Y sigo esperando… no creo que el 8 de marzo me sorprendan. Por cierto, para quienes callan, vuestro silencio no solo omite, también impide.

A propósito de lo que compartimos y me enseñaste, un espacio para tus elaboraciones ideáticas.