Eduardo Arocena
Estudiante y trabajador precarios. Indignado de sofá que decidió comprometerse y aportar su grano de arena. Espectador cada vez menos impasible de la vida.
Chimpancés y bonobos
Compartimos el 98% de nuestros genes con los chimpancés, una especie caracterizada por un comportamiento territorial, violento e incluso caníbal. ¿Estamos destinados por tanto a comportarnos de la misma manera?
Por otro lado, estamos igualmente emparentados con los bonobos, una especie donde los grupos sociales son dominados por las hembras, se reparte el alimento disponible y existen formas amistosas de resolver los conflictos. También responden a una jerarquía social, pero su reino de paz se basa en una tolerancia necesaria. Los chimpancés son también capaces de afiliarse y ser altruistas, no nos equivoquemos.
¿Cómo pueden dos especies tan similares comportarse de manera tan diferente? La respuesta no puede estar en otro lado que no sea el entorno. El eterno dilema naturaleza vs crianza. El entorno y la cultura es muchísimo más poderoso que los genes. Y si lo pensamos bien; tiene todo el sentido evolutivo: poder modificar tus instrucciones genéticas para adaptarte a entornos cambiantes debería estar seleccionado positivamente por la evolución.
El entorno abarca desde el líquido amniótico en el vientre de la madre hasta las relaciones sociales tempranas, el ambiente en el hogar, el lugar de residencia, la alimentación, el aire que respiras, el trabajo, las aficiones y la educación recibida. Todo influye en la expresión o no expresión de determinados genes.
El egoísmo es un handicap evolutivo en una especie social como la nuestra. Los grupos cuyos miembros cooperan entre si están positivamente favorecidos por la evolución. Las sociedades más igualitarias, donde todos sus miembros tienen sus necesidades cubiertas, son las más prósperas y felices.
Uno de los motores de la naturaleza es la transmision de nuestros propios genes, que se puede realizar por 3 vias: directamente a traves del sexo, favoreciendo la reproducción de nuestros parientes, o favoreciendo la reproduccion de nuestro grupo social mas cercano.
Así pues, el individualismo impulsado por el neoliberalismo es el camino hacia la extinción. Es antinatural. Olvida además que el éxito económico de unos pocos se apoya en el trabajo de todos los demás, ya sean parientes o no; arrasando como consecuencia los recursos naturales. Para los defensores del individualismo, el fin justifica los medios. El resultado final es el asesinato impune de la empatía. Creemos las condiciones para que el bien del prójimo sea también el mío propio. Yo prefiero ser bonobo.